miércoles, 19 de septiembre de 2007


ACTITUDES MÁS HABITUALES DE LA FAMILIA ANTE LA ELECCIÓN VOCACIONAL-OCUPACIONAL DEL ADOLESCENTE.
La familia decide "no meterse". "El que elige es él, que haga lo que quiere". De pronto se le da una libertad para la que no se lo preparó. Se racionaliza una conducta que expresa un abandono afectivo y que puede incrementar la dependencia de los hijos o una seudo-madurez un "como sí".
La familia decide "ayudar". Todos dan una opinión y un consejo, pero más en función de los propios aspectos narcisísticos de los padres. Es decir, lo que le gusta a los padres, o lo que le hubiese gustado hacer y no pudieron, y esperan realice el hijo. Confusión. No hay un espacio, lugar propio para el hijo, ni un tiempo: ahora es la oportunidad y vida de él o ella.
La familia ayuda realmente, acompañándolo en este momento. Ayudándolo a pensar, dudar, informarse realísticamente, confrontando sus ideas sin tener las diferencias y oposiciones. Lo ayuda a expresar ideas propias, buscar su camino, ser él o ella, crecer.
Elegir requiere un aprendizaje que se realiza desde la infancia, a partir de la actitud de los padres de respeto por lo real, verdadero y personal. El adolescente necesita de su familia como continente para sus temores.
En el proceso de orientación vocacional se plantea como objetivo ayudar al joven a encontrar la mejor solución posible en ese momento de su vida, creando nuevas aperturas hacia el futuro. El trabajo de la orientación vocacional requiere un proceder activo del joven en su tarea de confrontar fantasías con realidad.
Los adolescentes están preocupados por delimitar su identidad. Este conflicto está siempre subyacente a un problema aparentemente objetivo y concreto: elección de una carrera o de un trabajo.
El adolescente está en crisis. La búsqueda de una identidad personal es un problema de vida o muerte.
Lo central en un trabajo de orientación vocacional es: dar oportunidad de experiencias y errores, para aprender. Ofrecer un ámbito en el cual reflexionar sobre las problemáticas vocacionales, la elección de una profesión, el quehacer, el proyecto futuro, quien elige, etc.
"No sé que carrera seguir" remite a un problema de falta de información. ¿Qué información? En realidad no tienen proyectos, no saben qué hacer. Quién ser. Qué hacer en el futuro con su vida. Primero necesita resolver el quién ser para luego pasa al qué hacer o trabajo. No puede elegir "qué quiero hacer yo?" quien no respondió a los interrogantes previos acerca de "quién soy yo?" Del ser viene el hacer. Pero no puede haber hacer antes del ser.
El proceso vocacional es un trabajo que se realiza, promoviendo el compromiso y tareas del joven, indagando sus áreas de interés personal-social, su relación con el medio real y el mundo ocupacional, los roles posibles, imaginar y ensayar sus desempeños, sus proyectos para el futuro, centrándose la tarea en la constante confrontación entre necesidades y el repertorio disponible en el mundo real.
Desde la perspectiva de las identificaciones se puede agrupar a los jóvenes con sus diversas problemáticas vocacionales en cinco grupos:
Los que eligen siguiendo el proyecto de otro. Tienen identificaciones muy fuertes con otros, están absorbidos por un proyecto que no es propio, sino de otra persona, que es quien decide por ellos. Manifiestan una gran dependencia. Renuncian a plantear su propio proyecto y su vida.
Los que eligen para oponerse a otro. Hay identidad negativa.
Los que eligen por competencia con otros. Eligen algo que alguno de sus padres desearon realizar y nunca lo hicieron. No hay buenas identificaciones en la base de estas conductas.
Los que eligen pudiendo realizar su propio proyecto. Sienten que eligen con libertad y responsabilidad por su vida que les pertenece. Tienen buenas identificaciones con aspectos positivos de sus padres. Pueden elegir ocupaciones diferentes sin por ello sentirse extraños, o elegir igual que sus padres o también pueden elegir en función de identificaciones con los hobbies de su familia.
Los que no pueden elegir. Muestran identificaciones conflictivas que no se integran. Puede corresponder a una etapa momentánea que aún no se resolvió, o a una situación que indique una patología.
La crítica que podemos hacer es que no todos los adolescentes tienen necesariamente conflictos vocacionales ni todos necesitan un esclarecimiento.
Pero, dada la experiencia, sobre todo con alumnos de 4to. y 5to. año, vemos que las dudas y los miedos se acentúan cada día más. Las respuestas que dan algunas universidades o cursos que se dictan del estilo de "mi primer empleo", no dan una respuesta total a nuestros adolescentes, quienes sienten la imposibilidad de acceder a estudios superiores (por el alto costo de algunas universidades), o a desempeñarse en un oficio, profesión o tarea que les permita obtener ingresos aplicando los conocimientos adquiridos en la escuela media y no siendo simplemente repositor de supermercados, limpiando pisos en hamburgueserías o repartiendo pizzas en moto.

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