Blog dedicado a la educación de los seres humanos en su desarrollo ontogenético. Abarca todas las edades del desarrollo. Apunta a la educación integral del ser como unidad bio-psico-socio-cultural.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
SIN TIEMPO PARA LOS LIBROS: LA FALTA DE ENTUSIASMO
La falta de entusiasmo por el estudio es para los docentes uno de los obstáculos más difíciles de resolver en el aula. Como interesar al alumno, cuales son las actividades que más los motivan, son las preguntas que nos hacemos más frecuentemente.
Convengamos que esa falta de entusiasmo no es solo consecuencia de un estado de ánimo propio del adolescente, sino también de un sistema educativo obsoleto, de una sociedad que no valora el conocimiento y de docentes desacreditados como transmisores del mismo.
La imagen que algunos adultos tienen sobre los adolescentes - desinteresados, perezosos- no condice en absoluto con lo que los docentes vemos en un curso cuando el alumno consigue, o cuando el docente consigue generar interés en el tema: investiga, interroga, discute, se moviliza y puede establecer relaciones con otros temas.
Cuando un joven comienza a tener ideas propias, algunos adultos, incluidos algunos docentes, suelen desalentarlos. Es en este momento cuando tendrían necesidad de ser fortalecidos. A los educadores corresponde también darles la voz y el entusiasmo.
El enfrentamiento entre el adolescente y el docente se produce generalmente cuando el docente no puede ver que las reacciones del alumno no son hacia él, sino a lo que su persona representa, el mundo adulto, la ley del padre que ahora está siendo cuestionada.
Un mundo que él no quiere abandonar, pero si buscar modelos de relevo que sirvan para forjar su identidad adulta.
" ...Así se transforma poco a poco la situación de la vida infantil. Va desapareciendo el cobijo de padres y hogar. Contactos cada vez más frecuentes con cosas, personas, hechos, hacen penetrar en él el mundo exterior, presentándolo como tal en su conciencia. Esto ocurre de modo más rápido y violento cuanto más expuesto a ese apremio se encuentra el niño por desfavorables condiciones económicas y sociales o por falta de cariño de los padres. Pero también cede la protección anímica. Con experiencias, que a veces se presentan muy pronto, se le hace evidente al niño la diferencia entre seres amistosos y hostiles. Aprende a diferenciar procedimientos útiles y perjudiciales. Aprende a ver finalidades y a alcanzarlas, a distinguir entre lo bueno y lo malo, a esforzarse por lo justo, etc.
En la medida en que esto ocurre, se presentan los niveles del niño crecido, los del muchacho y la muchacha;
Muestran su carácter peculiar y plantean sus deberes especiales..."
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