miércoles, 4 de febrero de 2009

EL LIDER: ¿Nace o se Hace?

EL Líder ¿nace o se hace?

Las habilidades de liderazgo como las de inteligencia emocional, pueden ser aprendidas y el ámbito universitario es un lugar propicio para promoverlas

Fundamentamos nuestra postura en H. Gardner, Goleman,Dricker, Bennis y Goldsmith
Gardner otorga una gran importancia al fenómeno de liderazgo, tal como se puede reconocer en su libro Mentes Líderes, escrito en colaboración con Emma Laskin. Conforme a su definición, líder es una persona que mediante la palabra y el ejemplo personal, influye de forma manifiesta en las conductas, pensamientos y sentimientos de otras personas; es una persona que cuenta y encarna una historia que un público amplio aprecia o quiere escuchar. Desde el punto de vista del carácter innovador de esas historias, existen tres tipos de líder: Líder Ordinario: es el más común, simplemente relata la historia tradicional de su grupo con la mayor eficacia posible. Líder Innovador: se define así porque recoge una historia que se encuentra latente en la comunidad y la presenta desde una perspectiva nueva o con un sesgo inédito. Líder Visionario: en este caso el líder no está satisfecho meramente con relatar una historia corriente o reactivar una historia del pasado, sino que crea una historia hasta entonces desconocida para la mayoría y obtiene éxito al trasmitirla a los demás.

El líder encarna la visión del cambio porque estudia el entorno y detecta nuevas tendencias para poder orientar a su equipo hacia el triunfo. También estimula la creatividad, crea oportunidades y es flexible ante el cambio.

Si diéramos crédito a que el líder nace y no tiene la posibilidad de hacerse, daríamos por tierra con el concepto de desarrollo de recursos humanos. No podemos dejar de reconocer que las aptitudes innatas –por ejemplo el carisma- potencian las competencias del líder, pero sin duda el liderazgo es algo que se desarrolla. Contextualizados en el marco de las organizaciones la formación y desarrollo de líderes es una responsabilidad que está en el ámbito de lo que denominamos gestión de recursos humanos...
El ambiente en el que nos desenvolvemos, especialmente en las etapas tempranas de la vida, moldea nuestra personalidad.
Bennis y Goldsmith en Learning to Lead, uno de los trabajos recientes más interesantes sobre liderazgo, analizan lo que consideran “Mitos sobre el liderazgo” en lo que incluyen lo siguiente, con sus comentarios correspondientes.
-Mito 1- El liderazgo es una habilidad natural. Nada más lejos de la verdad. Todos tenemos algo potencial de liderazgo. Unas personas pueden ser líderes en una organización y en otras no.-Mito 2- Los líderes nacen, no se hacen. Muchas investigaciones demuestran que en determinadas condiciones, se convierten en líderes personas que no se habían identificado como tales hasta ese momento. La mayor parte de las capacidades y competencias del liderazgo pueden ser aprendidas, si existen los deseos y la voluntad de aprenderlos. Lo cual no quiere decir que es fácil y que "cualquiera" puede convertirse en líder.-Mito 3- Los líderes son carismáticos. Algunos si, otros no. Nuestra experiencia es que el carisma es más el resultado de un liderazgo efectivo que a la inversa. Un efectivo liderazgo incrementa la atracción de los seguidores.-Mito 4- Los líderes existen sólo en los niveles altos de una organización. Esto es falso, se pueden encontrar en cualquier nivel.-Mito 5- Los líderes controlan, mandan, manipulan a otros. El liderazgo es tanto el ejercicio del poder como el "enriquecimiento" de otros (empowerment). Los líderes se apoyan más en la atracción que en "empujar".


Las habilidades innatas favorecen el desarrollo del líder, pero a veces resulta más determinante la formación que uno va adquiriendo y la experiencia que va acumulando.

Para Drucker, los mejores líderes saben cuatro cosas simples.

1. La única definición válida de líder es que se trata de alguien que tiene seguidores.
2. Un buen líder no es alguien a quien se "ama" o se "admira". Liderazgo no es popularidad, liderazgo es resultados.
3. Los líderes son muy visibles. Dan el ejemplo.
4. Liderazgo no es ni rango, ni privilegios, ni dinero. Liderazgo es responsabilidad.
El único requisito para llegar a ser un buen líder es la voluntad de serlo. Si se tiene voluntad, se puede emprender una autoformación (por ejemplo, basada en lectura y puesta en práctica de los principios del liderazgo) o una capacitación formal basada en cursos, seminarios o coaching.
En las investigaciones de Goleman, Ryback y Weisinger sobre el papel de la inteligencia emocional y su impacto en el trabajo directivo llegan a la conclusión de que la mayoría de los aptitudes de la inteligencia emocional que tienen un impacto positivo en el liderazgo son aptitudes adquiridas, que se pueden aprender y desarrollar, por tanto, no son congénitas, no se nace con ellas.
Hay muchas evidencias de personas que, hasta determinado momento, han sido “normales”, que no han mostrado capacidades especiales para ejercer un liderazgo efectivo. Sin embargo, en determinados momentos han tenido que enfrentar situaciones que han revelado sus potencialidades. Esto puede conocerse en numerosos libros que presentan relatos de la segunda guerra mundial, donde un pelotón ha perdido a su jefe, ha resultado necesario y ha surgido un líder dentro de los que quedaban. Muchas veces, las circunstancias “hacen” a los líderes y no al revés, como se piensa. ¿Qué es un líder? Después de muchos estudios y análisis un líder es una persona capaz de influir a otra u otras personas. Entonces todos en algún momento nos convertimos en líderes y otros en seguidores.
La segunda pregunta es Un líder ¿nace o se hace? La respuesta es:
si todos en algún momento somos líderes entonces un líder se hace. Eso responde a la pregunta ¿El liderazgo se puede aprender? Y la respuesta es SI. Pero cada quién debe aprenderlo respaldando sus fuentes de poder personal.

El ir asumiendo responsabilidades, tomando decisiones, solucionando problemas, haciendo frente a situaciones difíciles, permitirá ir forjando a un auténtico líder


El liderazgo, por tanto, puede – y debe – aprenderse.

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