INTELIGENCIA EMOCIONAL
En más de una ocasión nos habremos preguntado qué es lo que determina que algunas personas, independientemente de su cultura, estrato social o historia personal, reaccionen frente a problemas o desafíos de manera inteligente, creativa y conciliadora.
¿Por qué algunas personas parecen dotadas de un don especial que les permite vivir bien aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia?
¿Por qué no siempre el alumno más inteligente termina siendo el adulto más exitoso en su trabajo?
¿Por qué algunos son más capaces que otros de enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades como oportunidades?
¿Por qué algunas personas brillantes en sus estudios y de grandes habilidades no funcionan cuando de liderar un grupo se trata? o ¿por qué algunas otras sin ser tan brillantes logran ser reconocidas como personas líderes y con grandes aptitudes para ejercer posiciones de mando?
Daniel Goleman nos brinda respuestas a estas cuestiones en su libro “La Inteligencia Emocional”, subtitulado en español, “por qué es más importante que el cociente intelectual” Editado por primera vez en 1995, se mantuvo durante un año y medio en la lista de libros más vendidos.
Según la web oficial de Daniel Goleman, alrededor de 5.000.000 de ejemplares han sido vendidos en treinta idiomas, siendo best seller en muchos países. No sólo revolucionó el concepto de inteligencia sino que cambió el modo en que percibimos la excelencia personal.
La Inteligencia Emocional es la que nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos, incrementar nuestra capacidad de empatía y nuestras habilidades sociales y aumentar nuestras posibilidades de desarrollo social. Sentirnos motivados, satisfechos, controlar los impulsos y ser eficaces en la vida, a la vez que crear hábitos mentales que favorezcan nuestra propia productividad. La Inteligencia Emocional se puede aprender.
Las emociones desempeñan un papel importante en el ámbito laboral. De la ira al entusiasmo, de la frustración a la satisfacción, cada día nos enfrentamos a emociones –propias y ajenas –. La clave está en utilizar las emociones de forma inteligente, que es precisamente lo que queremos decir con inteligencia emocional: hacer, deliberadamente, que nuestras emociones trabajen en beneficio propio, de modo que nos ayuden a controlar nuestra conducta y nuestros pensamientos para obtener mejores resultados.
El término inteligencia emocional designa la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás. Describe aptitudes complementarias, pero distintas, de la inteligencia académica.
El cociente intelectual determina lo que sabe un ejecutivo, pero la inteligencia emocional determina lo que hará. El cociente intelectual es lo que permite entrar en una organización, pero la inteligencia emocional es lo que permite crecer en esa organización y convertirse en líder.
En más de una ocasión nos habremos preguntado qué es lo que determina que algunas personas, independientemente de su cultura, estrato social o historia personal, reaccionen frente a problemas o desafíos de manera inteligente, creativa y conciliadora.
¿Por qué algunas personas parecen dotadas de un don especial que les permite vivir bien aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia?
¿Por qué no siempre el alumno más inteligente termina siendo el adulto más exitoso en su trabajo?
¿Por qué algunos son más capaces que otros de enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades como oportunidades?
¿Por qué algunas personas brillantes en sus estudios y de grandes habilidades no funcionan cuando de liderar un grupo se trata? o ¿por qué algunas otras sin ser tan brillantes logran ser reconocidas como personas líderes y con grandes aptitudes para ejercer posiciones de mando?
Daniel Goleman nos brinda respuestas a estas cuestiones en su libro “La Inteligencia Emocional”, subtitulado en español, “por qué es más importante que el cociente intelectual” Editado por primera vez en 1995, se mantuvo durante un año y medio en la lista de libros más vendidos.
Según la web oficial de Daniel Goleman, alrededor de 5.000.000 de ejemplares han sido vendidos en treinta idiomas, siendo best seller en muchos países. No sólo revolucionó el concepto de inteligencia sino que cambió el modo en que percibimos la excelencia personal.
La Inteligencia Emocional es la que nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos, incrementar nuestra capacidad de empatía y nuestras habilidades sociales y aumentar nuestras posibilidades de desarrollo social. Sentirnos motivados, satisfechos, controlar los impulsos y ser eficaces en la vida, a la vez que crear hábitos mentales que favorezcan nuestra propia productividad. La Inteligencia Emocional se puede aprender.
Las emociones desempeñan un papel importante en el ámbito laboral. De la ira al entusiasmo, de la frustración a la satisfacción, cada día nos enfrentamos a emociones –propias y ajenas –. La clave está en utilizar las emociones de forma inteligente, que es precisamente lo que queremos decir con inteligencia emocional: hacer, deliberadamente, que nuestras emociones trabajen en beneficio propio, de modo que nos ayuden a controlar nuestra conducta y nuestros pensamientos para obtener mejores resultados.
El término inteligencia emocional designa la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás. Describe aptitudes complementarias, pero distintas, de la inteligencia académica.
El cociente intelectual determina lo que sabe un ejecutivo, pero la inteligencia emocional determina lo que hará. El cociente intelectual es lo que permite entrar en una organización, pero la inteligencia emocional es lo que permite crecer en esa organización y convertirse en líder.
En la foto Daniel Goleman
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